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El GM en "La Flauta Mágica"

El GM en "La Flauta Mágica"

El pasado 25 de octubre, el Gran Maestre de la GLSE, Xavier Molina, asistió al estreno de la ópera "La Flauta Mágica" en el Teatre La Faràndula de Sabadell, organizada por la Associaciò d'Amics de l'Opera de esa ciudad.

Le acompañó la Gran Maestre Adjunta de Interior, Pilar Giráldez. Se da la circunstancia de que en la representación de esta ópera, sin duda la cumbre de la música masónica de todos los tiempos, participaba el hermano Werther, miembro de la Logia Librepensamiento, nº 90 de la Gran Logia Simbólica Española en Zaragoza.

Estas fueron las palabras de Xavier Molina:

"Es para mí una gran satisfacción, como Gran Maestre de la Gran Logia Simbólica Española, reconocer el admirable esfuerzo de todos cuantos han contribuido a levantar, aquí en Sabadell, una estructura tan delicada y tan compleja como es la representación de 'La Flauta Mágica', de nuestro querido hermano francmasón Wolfgang Amadeus Mozart.

Esta ópera, que en realidad es un 'singspiel' porque tiene partes habladas, no es solamente uno de los monumentos más hermosos de la música universal. Para nosotros, los masones y masonas, es una página muy importante de nuestra historia, porque es algo más que una de las obras líricas más representadas de todos los tiempos, aunque casi nadie la entienda bien: 'La flauta mágica es, de principio a fin, un homenaje hermosísimo a la Masonería, a la que Mozart perteneció durante los últimos seis años de su vida. La segunda mitad de esta ópera es una descripción perfecta de una iniciación masónica en el rito Zinnendorf, que era el que usaba la Logia “La esperanza coronada” de Viena, en la que trabajaba Mozart.

Mozart y su hermano masón Emmanuel Schikaneder, libretista de la obra y además empresario del teatro donde se estrenó esta maravilla, transmitieron, a mi juicio, dos mensajes importantísimos con 'La flauta mágica'.

El primero, dejar claro que los masones no se ocultan (ni hoy ni entonces) en oscuras cuevas conspiratorias ni preservan celosísimamente secretos misteriosos y fantasmales. La ópera era, en 1791 (año del estreno de 'La flauta mágica' y también de la muerte del gran compositor), algo parecido a lo que hoy es, o ha sido, el cine: el entretenimiento más común y más popular. A la ópera iba todo el mundo, lo mismo que al teatro. Mostrar la realidad, los ideales y el proyecto vital de la Masonería nada menos que en una ópera, y además una ópera dirigida no a la nobleza ni a las elites intelectuales sino al gran público, como fue 'La flauta mágica' (que se estrenó con enorme éxito en un teatro popular), rompió muchos esquemas de quienes, ya entonces y también hoy, siguen empeñados en ver en la Masonería una especie de secta oculta y tenebrosa. No lo es. La Masonería es Luz y es bondad, y está abierta a todo el que se atreva a emprender su camino. Esta música lo demuestra más que ninguna otra cosa.

El segundo mensaje es de igualdad. En esto Mozart fue un revolucionario. El príncipe Tamino no recorre solo los arduos senderos que le llevarán a la sabiduría y a la Luz del conocimiento. Va de la mano de su prometida, Pamina, quien pasa las mismas pruebas y accede a la misma felicidad. Una felicidad que no está al alcance de todos, eso es verdad: Papageno y Papagena no la alcanzan: libremente optan por una vida más sencilla y más fácil. Pero Mozart apuesta aquí, hace nada menos que 218 años, por el igualitarismo, por la idea (entonces nada común) de que tanto los hombres como las mujeres tienen el mismo derecho y las mismas condiciones para emprender el camino que lleva a la Sabiduría, la Fuerza y la Belleza, como solemos decir los masones.

Este es el mensaje que la Gran Logia Simbólica Española, a la que represento, quiere subrayar hoy, como hace siempre. La masonería discriminatoria y “solo para caballeros” es un anacronismo histórico destinado a desaparecer un día u otro. Si nuestra antigua Orden tiene futuro, será gracias al trabajo en común, en absoluto pie de igualdad, de hombres y mujeres que compartamos los mismos principios y el mismo ánimo de conocernos mejor, de superar nuestras diferencias y de mejorar el mundo en que vivimos. Ese es el gran mensaje de Mozart en esta ópera. Ese es también nuestro mensaje, dos siglos después.

Muchas gracias.

Desde esta Respetable Logia hacemos nuestras las palabras de nuestro Gran Maestre, y agradecemos desde Zaragoza a la Asociación de Amigos de la Ópera de Sabadell por la iniciativa de producir esta maravillosa obra, y el respeto y cuidado dedicado a la cuestión masónica por parte de su dirección e intérpretes. 

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