Libertad de Pensamiento

¿Hay espacio para la libertad de pensamiento, para la comprensión y la tolerancia, es decir, hay espacio hoy para Erasmo de Rotterdam?

Si el ser humano no nace persona, se hace, en un proceso de hominización por el cual nos formamos a nosotros mismos, adquiriendo cualidades éticas para un comportamiento de persona que actúa para el bien. ¿Por qué no llegamos a ser ese sujeto posado en nuestro imaginario ni a ese bien común?

El humanismo en el siglo XXI tiene posibilidades de desarrollarse bajo el signo del optimismo y de la concordia, defendiendo la paz, la dignidad y el valor de todos los individuos, con un planteamiento de progreso, y desde un método pedagógico que impregne la vida con el espíritu de la Libertad, la Igualdad y la Fraternidad.

La Masonería se debe al constructo social de Erasmo de Rotterdam, siempre relacionado con los conceptos de libertad y conocimiento. Intenta construir en la actualidad, rechazando la ignorancia de los derechos, el avasallamiento de la dignidad de la persona y la absoluta falta de respeto por el otro, que ha dado paso a una forma de Moira social, de síndrome significado por la perdida creciente de lo que implica el valor de la libertad, deformada por el ansia de poder y por una alienación extendida, producto de demandas sociales del más bajo nivel de racionalidad y creciente incividad.

Hoy, una de las grandes artes de la vida es desentenderse de una manera imperceptible y discreta, dejar que todo nos apabulle, hastíe, resguardando nuestra libertad interior, y defendiendo con pertinacia callada y tenaz nuestra sola libertad tanto espiritual como moral.

En la Logia Librepensamiento de Zaragoza aceptamos la responsabilidad, el compromiso de realizar el auténtico ideal de nuestras vidas, perteneciendo al género de los que piensan hasta el final pero ejerciendo: encontrar la verdad y explicarla. Divulgar, educar y ser constructores de nuestro siglo. Deseamos envolver de humanismo nuestras palabras y nuestros hechos, ser suma, no individualidad.

No puede ser que solo un circulo de elegidos pueda entender los nuevos sentimientos y las nuevas ideas, y que el resto quede fuera, sin comprender… 

Intentamos poner las ideas fuera de una imagen o de un modelo al que imitar con fervor. Nuestra labor de “construcción de nosotros mismos” es una exigencia colectiva, y en ella radica la importancia de otro aspecto fundamental del mensaje humanista, que hace hincapié en la ineludible dimensión colectiva de toda vida humana consumada. Las personas sólo pueden realizarse plenamente siendo miembros de una comunidad. El sentido y la misión es el predominio del espíritu, en la construcción de una civilización unida, en una cultura universal modélica.

La humanidad como una idea moral, debería representar una demanda espiritual exenta de egoísmos. Nos esforzamos en nuestro Taller de promover de verdad la unidad bajo el signo de una cultura y una civilización comunes. El sentido, meta y futuro del mundo será vivir menos lo partidario y más lo comunitario, y así ser cada vez más hermanos. Este es nuestro valor y compromiso.

Hace más de 500 años que la Iglesia acuño la siguiente acusacion contra Erasmo: "Usted puso el huevo y Lutero lo empolló", a lo que el teólogo respondió: "Sí, pero yo esperaba un pollo de otra clase".

Parafraseando y salvando las distancias: “la Masonería puso el huevo, nosostros lo empollamos y sí, esperamos un pollo de esta clase”.